Historia

El Orfeó Català de Mèxic fue fundado en el año 1906. En el grupo principal de socios fundadores encontramos algunos maestros de obra y consta la presencia de un grupo de intelectuales entre los que cabe destacar los músicos Guillem Ferrer Clavé (nieto del maestro Anselm Clavé), Josep Rocabruna y Francesc Jordà.

¿Por qué Orfeó? Porque se reunían para cantar las canciones de la tierra añorada y lejana. Enric Botey fue su primer presidente.

Todo parece indicar que el Orfeó Català fue el primer orfeón que hubo en México, lo cual constituye un dato importante para la historia de la música de este país, poseedor de un gran tesoro de música folklórica pero sin tradición de música coral. Pronto se iniciaron presentaciones en los más importantes centros culturales de la época, a menudo con la participación de destacadas figuras del arte lírico y del dramático, como Virginia Fábregas o Esperanza Iris, contando asimismo con la participación de orquestas de la ciudad.

Poco después el Orfeó se enriquece con una coral infantil (Cor de Nois), iniciándose, al mismo tiempo, una serie de actividades propias de un centro social: juegos, bailes, fiestas, etc., con los correspondientes reglamentos, especialmente dirigidos a mantener el criterio de moralidad de la época, celebrándose las fiestas oficiales de la entidad que incluían las catalanas, las mexicanas y alguna española.

Después de las convulsiones que trajo consigo la Revolución Mexicana, se normalizaron las actividades, especialmente las culturales. El Orfeó vivió una época brillante de 1917 a 1923, incorporando nuevas secciones, como la de Arte Dramático, la Sección Deportiva y el Grupo Excursionista, con una gran proyección de la cultura catalana en México.

De 1923 a 1930 se viven días de todo tipo, marcados por los acontecimientos políticos, tanto de España como de México. A partir de 1929 el Orfeó entra en un período de crisis en su economía y en buena parte de sus actividades, situación de la cual ya no se recuperará hasta la llegada de los refugiados, diez años más tarde.

El período de 1931 a 1939 está marcado por los hechos políticos en España: la República, el Estatut y la guerra, con todas las consecuencias sobradamente conocidas.

La llegada de los exiliados catalanes (1939-1945) marca el inicio de la época más brillante de la vida del Orfeó en relación a la cantidad de socios y las actividades de todo tipo (artísticas, culturales, deportivas, literarias, publicaciones, etc.), después de haber cumplido con la acogida de los refugiados. Todos los testimonios de la época coinciden en considerar magnífica y emotiva la acogida fraternal que encuentran en el Orfeó Català de Mèxic.

En respuesta, los recién llegados se integran rápidamente a la vida del Orfeó, proporcionándole los días de máximo esplendor y plenitud.

Los refugiados revitalizan todas las secciones y se crean otras nuevas. Se reorganiza la Massa Coral, la de Arte Dramático y el Esbart Dansaire; se crean las comisiones de Cultura y de Relaciones y Propaganda, así como una Comisión de Honor i Justicia.

El Consell Nacional de Catalunya amplió considerablemente el número de sus miembros residentes en México, con hombres como Baltasar Samper, Josep Carner, Josep Tomàs i Piera, Ferran de Zulueta, Salvador Armendares, Ramon Peypoch, Josep Panisello, Jaume Miravitlles, Carles Pi i Sunyer y un largo etcétera.

Es la época de muchas publicaciones en catalán (“Full Català”, “Quaderns de l’Exili”, “Pont Blau”, Xaloc”, “Lletres”, “La Nostra Revista”,”Butlletí de l’Orfeó”, “Revista de l’Orfeó”, “El Poble Català”, “La Nostra Revista”, etc.) con las colaboraciones de nombres como Joan Sales, Josep M. Ametlla, Pere Calders, Lluís Ferran de Pol, Vicenç Riera Llorca, Agustí Cabruja, Raimon Galí, Josep M. Miquel i Vergés, Avel.lí Artís Gener, Ernest Guasp i Garcia y Enric Fernández-Gual.

Con la llegada de los exiliados, el Orfeó Català de Mèxic se convierte en un centro cultural de primer orden en el conjunto de las instituciones ciudadanas. Se organizan conferencias y cursos en español para el público en general. Con el alud de personalidades catalanas que llegaron a México, el Orfeó era, en aquellos momentos, quizás el lugar más privilegiado del mundo para dar a conocer la cultura catalana, y se aprovechó la circunstancia. August Pi i Sunyer, Pere Bosch Gimpera, Lluís Nicolau d’Olwer, Jaume Aguadé, Víctor Alba, Salvador Armendares, Lluís Aymamí Baudina, Agustí Bartra, Artur Bladé i Desumvila, Josep Carner, Dalmau Costa, Odó Duran D’Ocon, Pere Foix, Josep M. Francès, Eduard Nicol, Vicenç Riera Llorca, Marcel i Miquel Santaló y Joaquim Xirau pronunciaron conferencias en el Orfeó durante esos años o efectuaron los parlamentos en las conmemoraciones patrióticas.

Entre los conferenciantes destacan el antropólogo y catalanófilo Gutierre Tibon, Deogràcies Civit, Avel.lí Artís-Gener y Josep M. Poblet. Entre los que recibieron homenajes vale la pena mencionar Avel·lí Artís Balaguer, Lluís Nicolau d’Olwer, Josep Carner, Josep M. Poblet y Bartomeu Costa-Amic.

Dado que el exilio se prolonga, el Orfeó se dedica a “salvar la cultura” y a “integrarse a México”, sin perder nunca de vista la política catalana. Tienen lugar cambios de local, sigue la actividad febril de las secciones y se mantienen buenas relaciones con personas e instituciones culturales mexicanas.

Los años de 1954 a 1964 ven el máximo esplendor del Orfeó Català de Mèxic. Todas las secciones trabajan intensamente y se logra dar una gran proyección de Catalunya en México.

El 5 de Agosto de 1954 Josep Tarradellas fue elegido Presidente de la Generalitat en la Embajada de la República Española en la Ciudad de México. El año 1956 el Orfeó es el anfitrión de la visita de Pau Casals a Veracruz. En 1957 se celebran nuevamente en México los Jocs Florals de la Llengua Catalana, en el Palacio de Bellas Artes.

En esos años nos visitan Manuel Ausensi, Raimon, Glòria Lasso, Aurora Bautista, Montserrat Caballé y todo el equipo del Barça, entre muchos otros. La actividad editorial y literaria es muy intensa. Pero el largo exilio va cobrando víctimas... La segunda generación del exilio, formada en el seno de las secciones infantil y juvenil, ya está en condiciones de asumir las responsabilidades de dirección del Orfeó, y de 1965 a 1975 empieza lentamente el relevo. En esos años se celebran los Jocs Florals en Guadalajara y en la Ciudad de México; se viven los últimos estertores del franquismo con una larga serie de actuaciones y manifestaciones de todo tipo; las secciones siguen activas, si bien ya empieza a sentirse una cierta disminución en el número de elementos participantes; se inicia la etapa de decadencia de la Associació d’Art Dramàtic; la Secció Esportiva sigue centrada en el Barça; se abren las puertas de México a los pintores catalanes; se recibe a conferenciantes como Oriol Anguera, Pau de Ballester, el historiador francés Couchaud, el Dr. Lluís Pericot, el Dr. Joan Vila, Antoni Peyrí, Deogràcies Civit, Marcel Santaló, Albert Folch i Pi, Marc Aureli Botey, Ramon Xirau,…; asímismo empieza a declinar el índice de asistencia a los actos. Se registra un buen número de homenajes y visitas, con nombres como Tísner, Maruxa Vilalta, Montserrat Caballé, Ricard Zamora, Josep Andreu i Abelló, Teresa Gimpera, Miguel Alvarez Acosta, Carles Pi i Sunyer y Antoni Ros Marbà.

Y en 1974 se inaugura la “Nova Llar Catalana” gracias a la compra del inmueble de Marsella, 45, hasta hoy sede del Orfeó.

A partir de la muerte del dictador en 1975, se observa una participación muy activa del Orfeó en los nuevos acontecimientos, produciéndose cambios importantes en las relaciones con otras colectividades y con la Generalitat. Pronuncian conferencias en el Orfeó invitados como Heribert Barrera, Narcís Serra, Jordi Solé Tura, Jordi Pujol, Miquel Roca i Junyent y Aina Moll entre otros. Se recibe la visita de Jordi Pujol en calidad de candidato a la presidencia de la Generalitat, quien visita a Francesc Farreres i Duran en Cuernavaca.

En los albores de 1984 se organizan las “Jornades de Catalunya a Mèxic”, con la exposición “Artistas Catalanes Contemporàneos” inaugurada por el conseller Max Cahner en representación del President de la Generalitat; la exposición Cuixart en el Museo Nacional de Arte; una exposición de obra plástica y de impresión del exilio catalán se presenta en el local del Orfeó; conferencias de Joan Oró, Jaume Sobrequés, Xavier Rubert de Ventós i César Pi i Sunyer, en el Palacio de Minería y en la Universidad Nacional; mesas redondas alrededor de los temas de la lengua y la economía catalanas; conciertos a cargo de Betsy Pecanins, Marta Garcia Renart y Victoria de los Ángeles, proyección de películas catalanas y sardanas. Otro hecho positivo de esa etapa es la reaparición de la “Revista de l’Orfeó Català”.

En este último período, al tiempo que se incrementan notablemente las relaciones institucionales del Orfeó y su función de embajada oficiosa de la Generalitat, decae la vida de las secciones, manteniéndose, sin embargo, el nivel de actividades culturales, con proyección de películas, conferencias, conciertos, exposiciones, mesas redondas, homenajes, concursos literarios y fotográficos, etc. Se han recibido numerosas visitas de rectores universitarios, grupos corales, grupos de danza, políticos, etc.

En los últimos años se incrementan las relaciones con la colectividad cultural mexicana, con el servicio de acceso a la Biblioteca Pompeu Fabra, a la filmoteca, a las clases de catalán (con gran éxito, puesto que hay más de 120 alumnos al año), el restaurante de la casa, la Associació d’Escriptors y el premio anual de narrativa breve “Tirant lo Blanc”, premiándose trabajos en catalán y español, convenios con diversas universidades mexicanas y con El Colegio de Jalisco, etc.

  

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